miércoles, 20 de agosto de 2008

Rumbo a Hong Kong. Episodio "Board Room"



Después de haber recibido ese invaluable masaje, las interminables horas en terminales y el cansancio de las dos semanas previas a nuestro viaje, conciliar algo de sueño no era una tarea difícil. Aunque eran pasadas las dos de la mañana, sabia que las pocas horas de sueno disponibles serian muy provechosas y así lo fueron. Cerré los ojos y los abrí en cuestión de segundos cuando sonó el teléfono. Pensé que a Daniel se le había olvidado decirme algo que no podía esperar al otro día, y pensé en el porque Ale solo tenia que alzar un poco la voz y es como si hubiera estado justo a mi lado, pero resulta que esa llamada telefónica no era otra cosa que mi "wake up call" programada por mi a las 5:30 a.m., ya que debamos estar a las 6:00 a.m. en la terminal para abordar nuestro vuelo con destino al cada vez mas lejano Hong Kong.

Después de habernos bañado y cambiado, recogimos nuestras maletas y nos dirigimos al snack bar del hotel, donde no encontramos aquella gran variedad, pero si el universal "Corn Flakes". Hicimos nuestro check out, procuramos nuestros pasaportes en el front desk y nos dirigimos a la terminal E para abordar nuestro vuelo.

Al momento de llegar al counter de Thai Airways, nos estaban esperando tres cartas a nuestros nombres junto a nuestros tickets de embarque. Eran cartas dirigidas a nuestros empleadores explicando las razones por las cuales nos fue imposible llegar a tiempo para la reunión. Figúrense ustedes esto en Dominicana de Aviación, donde los retrasos eran cosa de todos los días... No se lo pueden imaginar, verdad que no? No solo somos puntos cardinales opuestos, sino que también nuestras culturas lo son.

Nuestro vuelo con destino a Hong Kong salia a las 8:00 a.m. locales y llegaba a su destino a las 12:00 meridiano, dos horas de vuelo y una hora de diferencia. Una vez mas no dejaba de asombrarme la eficiencia asiática, ya que el avión salio con 5 minutos de adelanto. Quisiera relatarles el buen trato de la tripulación, la programación de la televisión, la música de las emisoras y todos esos miscelaneos, pero la realidad es que cai en sueno profundo mientras el avión taxeaba hacia el "runway". Como siempre, los tres compartíamos el mismo reloj biológico y solo nos despertábamos cuando las azafatas cruzaban con el carrito de comida.

Sigo manteniendo mi posición de que el que no ha viajado en una linea aérea de oriente medio o de oriente, no sabe lo que es el valor agregado. Las porciones de comida asi como el menu, son buenas bajo cualquier estándar. Acto seguido comimos, volvimos a dormir los 50 minutos restantes de vuelo. No tenia mucho sentido preocuparse por la reunión que ya había empezado hace una hora y el "bambu" que de seguro nos esperaba, asi que mejor aprovechábamos el tiempo contando ovejas.

El vuelo no solo salio 5 minutos antes, sino que también aterrizo 5 minutos antes de la hora prevista. Inmediatamente llegamos a nuestra terminal, debíamos apresurarnos para salir a encontrarnos con el chofer que nos llevaría directo y en vivo a las oficinas de nuestra empresa, lo cual era una verdadera lastima, porque este aeropuerto es una maravilla moderna. Poco antes de salir para Bangladesh desde RD, recuerdo haber visto un documental en Discovery Channel sobre este moderno aeropuerto.

El aeropuerto fue inaugurado en el ano 1998 a un costo de US$20 billones de dolares, utilizando dos islas como punto de partida, llevando ambas a nivel del mar y utilizando el material resultante como material de relleno entre una y otra. Estas dos islas componen el 25% de la superficie total del aeropuerto y le agregaron un 1% a la superficie total de Hong Kong. Fue votado como uno de los 10 logros mas notorios del siglo 20 en términos de construcción, ha ganado el premio internacional de mejor aeropuerto en los anos 2001-2005 y 2007-2008, quedando segundo en 2006. El ano pasado recibió a 48 millones de pasajeros y 3.75 millones de toneladas de carga.

Lo único que pude ver fue la sala de fumadores y les aseguro que si no me dicen donde estaba, aseguraría que se trataba del salón de embajadores. Tan diferente al del Zia International Airport en Dhaka, que no era mas que un cuarto oscuro con dos extractores de los que comúnmente vemos en las cocinas caseras.

En fin, el ambiente en todo el aeropuerto era festivo, ya que dentro de solo un mes serian celebradas las Olimpiadas en Beijing. Por doquier había carteles y vallas anunciando el histórico evento. Después de distraernos un poco viendo uno a uno todos ellos, seguimos nuestro rumbo hacia migración, donde primero debíamos tomar un tren interno que según leía un gran letrero llegaba cada dos minutos.

Esperamos el tiempo necesario y tan puntual como un reloj suizo ahi estaba nuestro tren. Este nos dejo en uno de los subniveles y otra cosa que llamo mucho nuestra atención fue que de las dos escaleras automáticas disponibles, todos los occidentales tomamos la misma y los orientales la otra. La del lado de los occidentales podía distinguirse en la distancia y no precisamente por los rasgos físicos, sino por el caos coordinado que suele caracterizarnos. Teníamos personas a ambos lados de las escaleras, cada quien ocupando un escalón y era como si entre todos hubiéramos acordado colocarnos de manera alternada uno a la izquierda y en el otro escalón otro a la derecha. Los orientales se aglomeraron todos al lado izquierdo de la suya y dejaron el lado derecho despejado para todo aquel que tuviera prisa y deseara subir las escaleras caminando. Ya quisiera imaginarme este retrato en una de las escaleras de Plaza Central, cuando a pesar de que en estas escaleras no están regalando nada al llegar al tope, al primer asomo de alguien tratando de subir escalones al margen de los que están allí presentes, no dudo que empezaría el concierto de epítetos para el osado o que lo tachen de indecente en el mejor de los casos. Otra de las tantas curiosidades de estas culturas milenarias y su contraste con la nuestra.

Para solo mencionarles otras mas, no tuvimos que ir muy lejos. Al llegar a las estaciones de migración, al parecer se habían conjugado un par de vuelos al mismo tiempo y la cantidad de personas que esperaban por ser atendidas era increíble. Acto seguido, vimos a un señor tomar su radio sin muchos ademanes, prácticamente sin inmutarse y sin precipitarse, dando la orden de que habilitaran otra sección. De inmediato, tomaron el grupo mas grande en el que nos encontrábamos mis amigos y yo y nos mostraron el camino hacia estas recién habilitadas estaciones. No solo este señor se encargo de cortar por la mitad el tiempo de espera, sino que también "balanceo la linea" por decirlo en el argot de mis colegas. Este señor se encargaba de monitorear el tiempo promedio de espera de cada cabina y el determinaba en el acto cuantas personas debían estar en ella, en vez de que nos fueran llamando de uno en uno. En otras palabras, hizo "teoría de cola" en su cabeza sin utilizar una "HP" y sin chivos. Donde estaba este tipo cuando tuve que dar Investigación de Operaciones II? Creo que no pasaron mas de 10 minutos desde que llegamos hasta que fuimos atendidos los 3 y recuerden que eramos de los últimos, de dos grupos de casi 400 personas.

Una vez fuera de ahí, vimos de inmediato el letrero que nos indicaba la salida hacia Hong Kong y nos dirigimos a el, para luego ver dos secciones separadas, una para los pasajeros que debían declarar lo que fuera que llevaran en sus maletas y la otra para los que no. Ambas filas estaban igualmente distribuidas, pero el asombro nuestro llego cuando vimos que la de no declaraciones no era mas que una puerta de salida hacia el mismo Hong Kong! La buena fe de estas personas no tiene comparación. Es tanta su educación, que no tienen necesidad de tener correas con rayos X o personal de aduanas revisando las maletas, pues la conciencia de cada quien determina que fila deben tomar. Si hubiera sabido esto antes hubiera hecho una parada en el Duty Free y me cargaba de Heinnekens.

La verdad es que aun sin haber salido del aeropuerto, me llegaron los recuerdos de los años que pase en Japon y de lo mucho que me impactaba el valor que los Japoneses le dan al orden.

Inmediatamente cruzamos la puerta, nos econtramos con nuestro chofer y este nos dirigió hacia nuestro vehículo. Hubiera preferido que hubiéramos tenido que encontrarlo a el después de varios minutos y de unas cuantas caminatas, porque era la primera vez que me encontraba fuera de un aeropuerto después de casi 24 horas. El sol estaba radiante y la temperatura no pudo haber estado mejor. Después de haber pasado un mes completo en Dhaka en plena temporada monzonica, los rayos de sol eran una bendición.

El trayecto desde el aeropuerto hasta las oficinas corporativas nos dieron una muy buena idea de todo lo que tiene para ofrecer esta pequeña isla. Viajamos a través de las autopistas y puentes que formaron parte del "Airport Core Programme", donde todo el transito de la ciudad fue rediseñado y modernizado para hacer la travesía desde el aeropuerto a la ciudad mucho mas eficiente, así como también varias vías de desahogo para el transito existente,con un moderno sistema de túneles y puentes. Poco a poco nos fuimos adentrando al centro de la ciudad y empezamos a ver mas y mas edificaciones, pasando de inmensos almacenes a torres bien altas para inquilinos y por ultimo las torres comerciales. Por mas que quisimos, no pudimos encontrar tan siquiera una servilleta tirada en el suelo.

Al cabo de unos minutos, o al menos así lo sentimos, llegamos a las oficinas corporativas. Eran aproximadamente la 1:30 p.m. y la reunión estaba ya bien entrada en materia, por lo que nos pidieron que esperáramos en una de las oficinas contiguas al salón de conferencias. Aquí nos deshicimos de nuestros equipajes y sacamos nuestras laptops para seguir con los ya acostumbrados "toques finales" que a estas alturas ya tenían mas similitud con la ultima cena que le conceden a los condenados a muerte en su ultimo día. Nuestro director general salio a recibirnos y a pedirnos que nos fuéramos al hotel a dejar nuestros bultos y a que nos acomodáramos, ya que nuestra reunión no seria hasta dentro de 3 horas mas, ya que el esquema se había cambiado dada nuestra ausencia, pero amablemente declinamos, ya que si nos íbamos al hotel había pocas probabilidades de que nos volvieran a ver, así que decidimos permanecer dentro del recinto. Fue así entonces que decidieron todos tomarse un descanso para comer y compartir con nosotros unos pocos instantes antes de culminar la primera tanda de reuniones para darle paso a la nuestra.

La comida fue bien occidental, pizza, KFC, sandwiches, etc., etc. Pero preferí la pasta, ya que hacia un mes que no comía algo parecido. No fue uno de esos almuerzos largos que vemos en las películas cuando se junta toda la plana mayor, fue un "Power Lunch" en todo el sentido de la palabra. Solo nos tomamos unos 20 minutos y el primer grupo ya estaba de vuelta en su salón de conferencias.

Nosotros, de vuelta en nuestra oficina temporal, solo podíamos contar los minutos mientras pasábamos por las 7 etapas de la pena: Negación (esto no me puede estar pasando a mi!), Ira (por que me esta pasando esto a mi?), Negociación (prometo que seré una mejor persona si salgo vivo de esta...), Depresión (que me importa a mi!), Aceptación (estoy preparado para lo que venga ya), Shock (................) y Culpabilidad (debí haberme preparado mejor). Una vez hecha esta catarsis, fuimos cayendo los 3 poco a poco en un profundo sueno, hasta que los ronquidos de uno de nosotros o el de los tres combinados fueron demasiado para los que se encontraban en el salón contiguo y fuimos despertados "tiernamente" e invitados a pasar a eso de las 5:00 p.m.

La reunión paso bastante rápido para ser sincero, porque cuando vi el reloj por primera vez ya eran las 10:00 p.m. Fue intensa por decir lo menos, lo que hizo que el tiempo pasara bastante rápido, o a lo mejor eran nuestras vidas pasándonos por los ojos, total, ya en el punto que nos encontrábamos el tiempo paso a ser algo relativo y irrelevante. Es la sensación de querer causar una buena impresión ante personas sumamente conocedoras del negocio y preparadas por demás lo que hace que uno se intimide hasta ese punto. Nuestro director general es una de las personas mas preparadas que he conocido en este negocio, todos los datos los saca de su cabeza como si hubiera hecho una búsqueda en Google y todo esto sin tener lápiz y papel a mano. Poco antes de que nuestra reunión culminara a eso de las 12:30 a.m., hizo una recopilación de las ultimas 7 horas de la reunión, recitando de memoria todos los datos que le proveímos desde nuestras notas, corrigiéndonos a veces incluso cuando por error repetíamos algún dato y no coincidía con los que había archivado en su memoria.

Cuando ya recogíamos el equivalente a 5 resmas de papel que habíamos llevado para la reunión, que al final solo sirvieron para equilibrar una mesa coja que tenemos en el apartamento, la asistente de nuestro director nos informo que a las 5:30 a.m. nos pasaría a recoger un taxi para llevarnos al aeropuerto. Genial!, pensé dentro de mi, solo 3 horas de sueno de nuevo...

El hotel que nos albergo esta vez era uno muy distante a los cubículos en los que fuimos alojados en el aeropuerto de Bangkok. Todos estábamos en habitaciones mas allá del 25avo piso y con vista al maravilloso Skyline de Hong Kong. El hotel tenia por nombre el Newton y se encontraba en una zona bastante industrial, pero comercial a la vez. Lastima que ya no teníamos tiempo de conocer esta ciudad, dado que eran la 1:30 de la mañana.





La noche era muy corta y me fui a la cama de inmediato. A las 5:00 a.m. de nuevo desperté para alistarme y cuando llegue al lobby a eso de las 5:25 a.m., ya nuestro taxista nos esperaba. No pasaron muchos minutos cuando mis otros dos compañeros llegaron para hacer su respectivo check out.

Camino al aeropuerto vimos el amanecer de Hong Kong y muchas de las cosas que pasamos por alto el dia anterior. Es increible la cantidad de carga que se maneja en esta pequena isla. Recuerdo haber comentando con Ale que de las gruas que se encuentran en los muelles, de las cuales recuerdo haber contado 3 en el puerto de Puerto Plata y 6 en el de Caucedo, aqui facilmente pasaban del centenar en cada uno de las decenas de puertos que cubrian la costa. Simplemente impresionante. Tambien pudimos ver la torre de control del aeropuerto en la distancia, la mas moderna del mundo, que habiamos obviado el dia anterior. En fin, no fue una visita turistica, pero si nos sirvio para aprender un poco mas de este lado del mundo.

Al llegar al aeropuerto, lo primero que vimos a la entrada, fue una representacion en miniatura y casi caricaturesca de lo que serian las Olimpiadas, que servian de juego para los ninos. De inmediato hicimos el check in para poder ir a desayunar algo tipico de aqui, unos dumplings que estaban en mi mente desde que no pude quitarles el papel a los que habian servido de comida el dia anterior. Fue un desayuno sumamente diferente. Sopa de vegetales, dumplings de cerdo y una Coca Cola.











De ahi nos dirigimos de inmediato a la terminal, ya que queriamos ser los primeros en el avion para poder dormir unos minutos extra. Asi lo hicimos y de nuevo se repetia la rutina, durmiendo antes del despegue y levantandonos para comer y en este caso tomarnos unas cuantas Heinnekens, y de nuevo a dormir. Creo que este vuelo fue super corto, ya que no teniamos la presion de nuestra reunion en la mente y los nervios ya se habian disipado. Sin embargo, el cansancio aun estaba presente y lo primero que vi cuando abri los ojos fue una azafata tirando de mi camisa para poder despertame a mi y a mis amigos, pues ya eramos los ultimos en el avion y solo quedaba el personal de limpieza. Suerte que nuestro vuelo de coneccion con Dhaka se habia retrasado una hora.

Yo aproveche el tiempo extra para hacer unas pocas compras en el Duty Free y conectarme al internet via WiFi para revisar el correo personal y abrir el MSN. Aqui me tome todo mi tiempo y solo fui a la terminal cuando ya solo quedaban 10 minutos para que se cerrara el gate. La verdad es que no tenia prisa por regresar a Dhaka, pero era una realidad ineludible. Nuestro vuelo que salia de Bangkok a las 12:00 meridiano, llegaba a Dhaka a las 3:00 p.m. locales y de ahi debiamos pasar por la fabrica a poner dos o tres cosas en orden (sin comentarios)...

De regreso en Bangladesh, no tuvimos mayores contratiempos en migracion y nuestros equipajes aparecieron de inmediato. Asi que tal como estuvo planeado, nuestro chofer nos esperaba para llevarnos a la casa para darnos un baño y de ahi llevarnos a la fabrica.

Fueron unos 3 dias interminables que me trajeron muchos recuerdos de mis años en Japon, revalidaron mi admiracion por la cultura asiatica y reforzaron mi opinion de que solo cuando se viaja por placer somos capaces de admirar la belleza que nos rodea.

Si me preguntan si fui a Hong Kong dire que si porque asi decia un letrero cuando me desmonte del avion: "Welcome to Hong Kong", pero bien pudo haber sido en un edificio a 50 metros de mi oficina, porque la verdad es que fue como haber estado metido en una pecera. Pero la experiencia nos queda y me siento agradecido por ello.

6 comentarios:

Jorge Tallaj dijo...

Uao, Arthur, tremenda experiencia!!!

Pena que el viaje fue tan accidentado, pero es algo que nunca vas a olvidar.

Un abrazo desde la jungla!!'

George

Anónimo dijo...

Aituro, tremenda jornada, de trabajo, la diferencia entre nosotros y los chinos, es que si es aqui, la reunion dura 3 horas, pero la visita dura una semana, porque hay que descansar antes e la reunion y despues hay que salir a conocer el sitio.

Espero que les fue bien en la reunion e impresionaran a los jefes.

Arturo Ruiz dijo...

Jejejeje, lo grande del caso es que hoy me dijeron que debo ir a Hong Kong a sacar la Visa de Trabajo y que salgo el miercoles en la madrugada para llegar en la manana y de inmediato ponerme a hacer los tramites, para estar de regreso ese mismo dia en la noche.

Que suerte, eh?

Anónimo dijo...

wao ,arturo y yo qujandome de que tenia que ir a casa de mami en alma rosa y lavantarme a las 6.30para ir me en metro a mi trabajo ,totally mentalidad de jungla,jao jao
tqm lia

Angela Guichardo dijo...

Lo malo de todo eso es el cansancio del ajetreo.

Suerte, mi vida!

Valeria E. Pouerie dijo...

Muy interesante como siempre ! Es lamentable que tuvieran que pasar tan rapido, pero como dicen por ahi..algo es algo!