martes, 23 de febrero de 2010

Demasiado bueno para ser verdad? Tal vez no...

Hace más de 50 años, Liu Guojiang, un muchacho de 19 años se enamoró de una madre viuda de 29 años llamada Xu Chaoqin. En un episodio de la vida real digno del Romeo y Julieta de Shakespeare, amigos y parientes criticaron la relación debido a la diferencia de edades y el hecho de que Xu ya tuviera hijos.

Para esa época, era inaceptable e inmoral para un hombre joven el amar a una mujer mayor. Para evitar el infierno grande de un pueblo chico y el desprecio de sus comunidades, la pareja decidió fugarse y vivió en una cueva en el condado de Jiangjin en la sureña municipalidad de ChongQing. Al principio la vida fue dura ya que ellos no poseían nada, ni electricidad ni alimentos. Tuvieron que comer pasto y raíces que encontraron en la montaña.

Xu sentía que había atado a Liu y repetidamente le preguntaba, "¿Estás arrepentido?", pero Liu siempre le respondía "Mientras seamos laboriosos, la vida mejorará". En el segundo año de vivir en la montaña, Liu empezó a cavar escalones en la piedra con sus propias manos y continuó por más de 50 años, para que su esposa pudiera bajar fácilmente la montaña.

Su historia se dio a conocer casi por accidente, cuando unos caminantes que merodeaban por el bosque encontraron los escalones en la ladera de la montaña y que llegaba hasta la cueva que fue morada para Liu y Xu por espacio de 50 años. Fue la numero uno de la lista de las "Mas Asombrosas Historias de Amor" organizada por la Chinese Women Weekly, que recopilo historias de todo el territorio chino durante el año.

Liu y Xu no pudieron estar presentes en la ceremonia debido a sus avanzadas edades, pero uno de sus siete hijos, Liu Mingsheng, llego a esta portando una lampara de Kerosene que su padre había hecho a partir de una botella de tinta.

"Mis padres han vivido en la reclusión por mas de 50 años a causa del amor del uno por el otro. No teníamos electricidad, pero mi padre hacia lamparas de Kerosene para iluminarnos la vida", dijo en un breve pero emotivo discurso. "Mi madre raras veces desciende de la cueva, pero aun asi mi padre hizo mas de seis mil escalones para su conveniencia. Es una escalera de amor"

La pareja convivio por más de 50 años en union, hasta que Liu, ya de 72 años, regresó de su labor agrícola diaria y colapsó. Xu se sentó y oró por su esposo mientras moría en sus brazos. Tan enamorada de Xu estaba Liu, que nadie fue capaz de liberar el agarre que él tenía en la mano de su esposa aún después de muerto. "Tú me prometiste que cuidarías de mi, que siempre estarías conmigo hasta el día en que muriera. Ahora tú te fuiste antes que yo, ¿Cómo voy a vivir sin ti?" era lo unico que Xu suavemente repetia mientras tocaba el ataúd negro de su esposo en su despedida.

El gobierno local ha decidido preservar la escalera de amor y el lugar en que vivieron convirtiéndolo en un museo, para que su historia de amor pueda vivir para siempre.



Fuente: CRI.cn

Nota Personal: Este señor partió piedra con sus propias manos, desafiando paradigmas y navegando en contra de la corriente, por el solo hecho de querer ser feliz y hacer feliz a otra persona. Ojala pudieramos emular esta fuerza de voluntad no solo para el amor, sino para cualquier situacion que nos tocara enfrentar en nuestras vidas.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Cuando dijiste demasiado bueno para ser verdad pense que al final ibas a decir que realmente era un invento, que tal historia no existió. Me conmovió como no tienes idea. Es una historia maravillosa, pero tú sabes que me llamó la atención?? Que estoy segura que esta pareja pudo ser asi hasta el final porque con el aislamiento en el que vivian nada externo los pudo corromper. No habian dos coches en casa, dos trabajos extenuantes con responsabilidades agobiantes, no habia tecnologia que se metiera en medio y rellenara los espacios sin comunicación que actualmente las parejas no se permiten. Tenemos demasiados distractores en nuestras vidas y eso, muchas veces, no nos hace mas felices...

Arturo Ruiz dijo...

Doctora, que comentario mas acertado! Gracias!

juan ruiz dijo...

Vaya Arturito hasta que al fin resucitaste. Esa historia, nos enseña muchas cosas, pero(como dice Raquel)tenemos ahora tantas distracciones y queremos satisfaccion inmediata, que nos olvidamos de lo que de verdad vale la pena, como nuestras relaciones interpersonales y familiares, nos hemos convertido en maquinas insaciables. El I-Pod en un oido, un celular inteligente en una mano, en la otra el control remoto de la television (con PIP por supuesto, para ver mas de un programa)la laptop en un lado y asi sucesivamente...
La verdadera convivencia practicamente no existe ya y es lamentable...
Escribe mas a menudo please!!!, si ya se, el trabajo el telefono, la television y la computadora no te dejan tiempo libre, te quiero mucho...