Previo a la primera edicion del WBC, llegue a calificar al evento de fiasco y en tono de burla lo llamabamos "Fiasco Mundial" un grupo de amigos y yo en el foro de Aguiluchos.com. Obviamente esto no le agrado a un grupo de personas que entendian que retirabamos nuestro apoyo al equipo dominicano y cuestionaban nuestra dominicanidad. Una soberana estupidez, ya que lo que en ese entonces criticabamos era la manera en la que se organizaba el Clasico, con todas las reglas y limitaciones impuestas por la MLB.
Los atletas que al final decidieron acudir se ganaron todo mi respeto y en la otra cara de la moneda, los que prefirieron no asistir ofreciendo excusas risibles, estan en mi lista de personas a ignorar y he dejado de apoyarlos incluso en su paso por las Grandes Ligas. En ese Mundial tuvimos un papel memorable y perdimos finalmente ante un inspirado equipo cubano, detras de una gran actuacion por parte de sus lanzadores.
Sin embargo, en esta segunda edicion se puso aun mas de manifiesto el poco interes de nuestros peloteros por representar a su pais, pero mas aun el control que tiene la MLB sobre el evento y la razon por la que en principio lo califique de Fiasco Mundial. La prohibicion de los equipos de liga mayor a sus estelares para participar, la prohibicion de poder entrenar libremente previo al inicio del Mundial y las reglas caracteristicas de un torneo de softball entre otras cosas hacen que para mi este evento tenga sus bemoles.
Aunque a decir verdad, por razones que no vienen al caso, he dejado de seguir por completo el beisbol en general y el Clasico Mundial estaba al tope de mi lista de cosas a ignorar y si lograbamos una buena actuacion o no era la menor de mis preocupaciones. De hecho, anticipaba un pobre desempeño por todas las trabas que se presentaron y solo llegue a enterarme de que el Clasico habia empezado mientras eramos descalificados por Holanda.
La razon por la que a pesar de mi apatia hacia el Clasico Mundial hoy lo traigo a colacion, es que hace unos dias sostuve una conversacion con mi gran amigo Carlos Solano, el cual se encuentra en Brasil haciendo una especialidad y con quien tenia varios meses sin intercambiar impresiones deportivas. Tocamos entre varios temas el de su visita por Argentina.
Si bien Carlos es un fanatico del deporte al igual que yo, uno de los pocos deportes que no sigue es el Futbol, contrario a mi caso ya que es mi deporte predilecto. Me comentaba lo sorprendido que estaba de ver la pasion y el entusiasmo que despierta este deporte entre los brasileños y los argentinos y que despues de todo, estaba encontrado la afinidad necesaria con el deporte como para darle seguimiento.
Me narro la historia de que mientras se encontraba en un bar en Brasil, pasaron unas imagenes por el televisor de un partido entre Bolivia y Argentina, donde Argentina caia 6-1 en un partido por la clasificacion para el Mundial de Sudafrica 2010 y cuando enfocaron la cara de Maradona casi en llantos, todo el bar se vino abajo y empezaron a celebrar como locos. Obviamente, la rivalidad que siempre ha existido entre Brasil y Argentina no paso desapercibida por Carlos.
Luego, mientras disfrutaba de unos dias de vacaciones en Argentina, su estadia alla coincidio con el super clasico entre River Plate y Boca Juniors y quedo maravillado con la pasion que despierta este deporte en la gente. Asi fue que empezamos a hacer las comparaciones entre nuestro ferviente seguimiento al beisbol y el de los sudamericanos por el futbol.
Para tener una idea mas clara de lo que representa el beisbol para nosotros en su mas pura expresion, basta con asistir a un partido entre Aguilas y Licey. No hay fanaticada en el mundo beisbolistico que viva mas el presenciar un partido que estas dos cuando se enfrentan. No lo digo por el hecho de ser aguilucho, lo digo porque varias personas conocedoras del deporte asi lo han manifestado. He leido innumerables articulos sumamente interesantes, de como el beisbol caribeño y la fanaticada captan la atencion de todos los que experimentan un partido en nuestras playas por primera vez y destacan a la fanaticada dominicana por encima de las demas. Es cierto, cuando se trata de beisbol somos muy apasionados, sin embargo, tanto Carlos como yo estuvimos de acuerdo en que con todo y nuestra pasion desbordada hacia ese deporte, no llegamos a alcanzarle los tobillos a nuestros contrapartes sudamericanos seguidores del futbol.
Al momento de irme a Bangladesh, una de las cosas que mas tristeza me causaba, era el hecho de no poder asistir al Estadio Cibao a ver mis adoradas Aguilas Cibaeñas, equipo con quien he mantenido una relacion de amor por casi 30 años y ha sido la relacion mas duradera y provechosa que he conocido. Antes de irme al trabajo, siempre entraba al foro de Aguiluchos.com para verificar el estado de los partidos y me robaba minutos del trabajo para verificar la pizarra final. Cuando se hacian tours desde Santo Domingo hasta el Valle de la Muerte para que los capitalinos pudieran disfrutar de uno de los encuentros Aguilas-Licey, siempre llamaba a alguno de los que se encontraban en el tour para saludarlos a todos y desearles una victoria por parte de nuestro equipo. Esa pasion por mi equipo de seguro la sienten muchos por el propio y es que como fanaticos somos entregados y sufrimos las derrotas y celebramos las victorias en mayor medida que los mismos peloteros. Pero por algun motivo, sigo sintiendo que distamos mucho de conocer lo que siente un seguidor del futbol.
A diferencia de nuestros atletas, que prefieren dar excusas baratas para quedarse fuera de la Seleccion Nacional que nos representaria en el Clasico, los jugadores de futbol y en especial los sudamericanos, ven esto como el orgullo mas grande. La oportunidad de vestir la camiseta que contiene los colores de su bandera y defenderla como si se tratase de una batalla por la independencia es un sueño para todos ellos. Este sentimiento lo provoca en gran medida el apasionamiento del que hablabamos Carlos y yo.
Dado que el Clasico Mundial es lo que es y no podremos cambiarlo, si en definitiva queremos participar de el deberemos hacerlo bajo las inconcebibles normas establecidas por la MLB y su menos brillante comisionado Bud Selig. Ahora es cuando mas lo necesitamos, despues de una cadena de eventos que han manchado nuestra imagen como pais y todas ellas a raiz del beisbol. Los escandalos de falsificaciones de actas; desde Danny Almonte hasta Vladimir Guerrero, el uso de esteroides y el hecho de que somos uno de los paises que mas casos ha arrojado, el escandalo de Jose Rijo, el perjurio cometido por Miguel Tejada; en fin, la lista de desaciertos para socabar nuestra imagen es interminable y sin embargo nuestros atletas se libran de este honor dando motivos inverosimiles como utilizar la muerte de algun familiar como excusa.
Es una verdadera pena que no podamos emular este nacionalismo que exhiben otros paises. Queremos ser mas patriotas que Duarte, pero cuando verdaderamente cuenta, brillamos por nuestra ausencia.
Recorde un spot publicitario que realizara la cerveza Quilmes para la seleccion argentina del Mundial de 2006, donde se realza por encima de todo la bendicion que nos brinda el deporte para brillar y sentirnos los mejores por un rato (mas abajo esta el video y una transcripcion del monologo). El nacionalismo y el patriotismo no pueden imprimirse en una persona, es algo que se debe sentir, por lo que encuentro sumamente dificil enfrentar la desidia de nuestros atletas, que simplemente no ven lo importante que seria para nosotros sentirnos representados por lo mejor que tenemos para ofrecer, y les aseguro que cuando terminen de ver el video sentiran envidia, pero envidia de la buena y desearian tanto como yo que Presidente o cualquier otra empresa de las que tanto apoyan lo nacional hubiera hecho algo semejante.
No dudo que en un futuro nos alcemos con la corona como el mejor pais beisbolistico en el mundo, pero creo que es imperante que nuestros atletas entiendan que el vestir la tricolor en la camiseta es un privilegio.
"Bendito sea el mundial con que soñamos
Bendito cada nombre que ha sido designado
Bendito los pibes que siempre sacamos
El peso de la historia
El respeto ganado.
Maldito sean los recuerdos dolorosos
Maldita la impotencia y la injusticia que vivimos
El volvernos a casa cada uno por su lado
La finales sin jugar
El quedar en el camino.
Bendita la anestesia general a los dolores
Las tristezas que curamos con abrazos
Las gargantas que se rompen por los goles
El sentirnos los mejores por un rato.
Maldito los sorteos y los grupos de la muerte
Los controles sin azar que signaron nuestra suerte
Maldito los mezquinos que juegan sin poesía
Los que pegan, los que envidian, los que rompen y lastiman.
Bendito sea el orgullo con que entramos a la cancha
El potrero y la pelota no se manchan
La TV que repite la gambeta
Inflar las redes de los otros
Inflar el pecho de los nuestros
Merecer la camiseta.
Los turistas
Los cronistas
Los sponsors
Los amigos
El himno
Las mujeres siguiendo los partidos.
Benditas las cabalas que dan resultado
Las risas y el llanto que guardaremos tanto
Y bendito ese momento que nos regala el fútbol
De poder cambiar nuestro destino
Y sentir otra vez y frente al mundo
Lo glorioso, lo groso de ser argentino."
Aproveche para resaltar en el texto unas cuantas frases que captaron mi atencion y que definitivamente son un claro ejemplo que refuerzan el punto que Carlos y yo tratabamos de hacer.
No se habla de invitar a nuestros atletas; pues estos nombres son designados, no se habla de llegar a acuerdos monetarios; se habla de merecer la camiseta, no se habla de ir al terreno a hacer el trabajo; se habla del orgullo con que entramos a la cancha, no se habla de esteroides para mejorar el rendimiento; se habla de la famosa frase de Diego de dañar su cuerpo con drogas; pero nunca para conseguir ventajas en el deporte: "El potrero y la pelota no se manchan" y por ultimo, alterare la ultima frase:
De poder cambiar nuestro destino
Y sentir otra vez y frente al mundo
Lo glorioso, lo grandioso de ser dominicano"
Tenemos un largo camino que recorrer, pero como dice un refran: "Lucha por tus sueños, no por la competencia."