Por lo general, mis jueves se habian limitado a quedarnos en la casa hablando con mis compañeros de como como nos fue en la semana y una que otra inveitable comparacion de nuestros fines de semana en RD y nuestros fines de semana aqui, todo esto acompañado de buena musica y buena bebida. Pero no habian incluido salidas con el claro proposito de hacernos dueños de la noche.
Salvo que tres salidas a restaurantes en las cercanias, y todas ellas en dias en los que al otro dia habia trabajo, realmente no puedo decir que seguimos siendo los mismos "party animals" que fuiemos en algun momento en Dominicana. Lo mas cercano a una salida fuera de la rutina, fue una cena que tuvieramos con unos clientes el miercoles, en un restaurante Hindú sumamente agradable. Nuestros jefes nos regalaron dos botellas de Johnny Walker Green Label, de las cuales una logro sobrevivir hasta anoche, asegurando la diversion del jueves por la noche.
En fin, el dia de ayer fue especial por dos razones, ya que a parte de ser jueves era el dia en que despediriamos a Ale, quien ya cumplio su contrato aqui y se prepara para partir en unos 10 dias, pero dado a que mi otro compañero y yo estaremos en Hong Kong durante su ultima semana aqui, decidimos tomar este fin de semana para armar el desastre.
Aprovechamos una coyuntura que se presento el miercoles, cuando fuimos introducidos a una pareja de asesores que visitaban nuestra empresa, de la cual uno de ellos era Mexicano. Al parecer, los latinos somos tan escazos por esta parte del mundo, que cuando logramos coinicidir, de inmediato sale a flote la poca disimulada emocion de hablar espanol con alguien mas. Fue la misma reaccion que tuvimos cuando escuchamos un acento español castizo mientras cenabamos en Spitfire. Esa noche hicimos los contactos necesarios con Paco para reunirnos con el Grupo Latino en Bangladesh, el cual cuenta con unos 400 miembros.
Nuestros amigos asesores fueron sumamente amables al invitarnos a cenar y uno de mis companeros sugirio ir a un restaurante mexicano el cual ya habia visitado para que el diera su veredicto. Asi fue como pactamos reunirnos en "El Toro Mexican Restaurant" la noche de ayer.
Como de costumbre, salimos de la empresa a eso de las 7:45 p.m. y llegamos al hotel de nuestros anfitriones a eso de las 9:40 p.m.
Aqui solo estaba Felipe, el Mexicano, ya que Prashant, el hindú; ya se encontraba en el restaurante esperandonos.
El ambiente sorpresivamente era muy alegre, salvo por la musica que tenia un volumen muy bajo, nada parecido a un restaurante latino. La musica que sonaba era la de Gipsy Kings, otra falla que estabamos dispuestos a dejar pasar, ya que en este lado del mundo, no crean que conocen la diferencia entre una banda gitana y un mariachi. En realidad, la unica nota desentonante eran unos retratos de indios nativos americanos, lo cual fue muy gracioso.
La comida estuvo de primer orden, Felipe incluso le dio 3 cubiertos de cuatro posibles. Que mejor cumplido que un Mexicano evalue tu restaurante de comida mexicana y con tan altos honores?
Nuestro amigo Prashant demostro ser el alma de la fiesta y se convirtio rapidamente en uno mas del grupo. Felipe paso toda la noche hablando con Steve y parece que hicieron buena quimica, aunque en realidad, hizo quimica con todos nosotros. Ambos anfitriones se portaron de maravilla. Soportaron todas nuestras ocurrencias, ya que despues de unos cuantos tragos de Johnny, nos salio la vena de tigueres.
Ale saco unos cigarros Arturo Fuentes y de inmediato nos sentimos como en casa. Aunque a decir verdad nos estabamos portando "bien", pero cuando empezo a sonar Maná en el sistema de sonido, terminamos de botar el cuajo. Nos paramos de las sillas, empezamos a tirarnos fotos, nos pusimos unos sombreros que estaban colgados en la pared, Ale empezo a azotarnos con un lazo, cantabamos a todo pulmon, en fin, nos adueñamos del lugar y sin animos de sonar creido, eramos el centro de atencion de todo el restaurante. Cuando ya estabamos pensando que la noche se acercaba al fin, uno de los camareros fue a la computadora y puso el merengue "El Baile del Perrito" de Wilfrido Vargas!
En ese momento nos entro un deseo terrible de bailar Merengue, pero ya se imaginaran que esto no fue posible. Lo que si hicimos fue buscar la iPod de Ale al vehiculo y pusimos todas las canciones de Juan Luis Guerra que pudimos.
La verdad es que fue una noche tremenda. La mejor de todas las que he pasado en Dhaka. Todo gracias a la iniciativa de Felipe, que fue un magnifico anfitrion, al igual que Prashant, el cual nos deleito con su personalidad tan agradable.
A pesar de toda la diversion, es un poco triste saber que Ale se va para RD. Ha sido un excelente compañero, sumamente atento y solidario, ademas de que se conoce esta ciudad como si fuera de aqui y eso es siempre importante. Esto no sera lo mismo sin el, pero ya es tiempo de que regrese con su familia.
Desde aqui lo estaremos extrañando mucho.