domingo, 21 de junio de 2009

Tres cortos... Pt. 1/3



Contrario a lo que pensaba, mientras mas busco material de mi estadia en Bangladesh para compartirlo con los que leen el blog, la memoria solo me trae recuerdos aun mas añejos y me llevan a mis años en Japon. Bien podriamos llamar al Blog, Memorias de un Dominicano en Japon.

Fue casi por casualidad que recorde tres eventos aislados de mis dias escolares en la Ookubo Shogakko, mientras miraba por television junto a mi madre un programa de cocina.

De seguro muchos de ustedes han escuchado hablar de una asignatura llamada "Home Economics" por los estadounidenses que forma parte del pensum escolar y no es otra cosa que una asignatura en la que se enseña a los jovenes a cocinar, coser, bordar, hornear y arte manual entre otras cosas. Esta asignatura tambien es impartida en Japon, pero a mas temprana edad ya que en los Estados Unidos se empieza a impartir en la secundaria y en Japon tuve mi primera introduccion a ella en el 5to de primaria.

Era el tercer trimestre del año y nuestro profesor, Teramoto Sensei, nos informaba que para nuestro primer dia de "Home Ec.", todos deberiamos traer un delantal y unos cuantos ingredientes para lo que se prepararia ese dia. Obviamente yo solo conocia como delantal al que veia a mi madre ponerse todas las noches antes de prepararnos la cena y nunca se me ocurrio que existiera mas de un tipo de ellos (aun me cuesta creerlo). Obviamente, cuando informe esto en mi casa, la solucion fue la mas obvia, me llevaria el de mi madre y lo regresaria al volver de la escuela. Caso cerrado, problema resuelto. En ningun momento me paso por la mente que esto no era algo normal, ya que estoy mas que seguro que cualquier madre dominicana hubiera hecho lo mismo y a pesar de que cuestione a mi madre en cuanto al tamaño del delantal, ya que solo contaba con 11 años y el delantal era para adultos, ella me aseguraba que no seria el unico niño utilizando el delantal de su madre ese dia, asi que confie en el sentido comun de ella y ahi termino nuestro dialogo.

Asi llego el dia en el que nos enseñarian a cocinar ensaladas. La clase se dividiria en grupos de 4 a 6 personas y cada uno ocuparia una estacion de trabajo, que consistia en una gran mesa con estufa y fregadero incluidos. Al llegar al aula en la que se impartia esta materia, todos deberiamos poner sobre la mesa los ingredientes que nos fueron asignados, lavarnos las manos y ponernos nuestros delantales para dar inicio a la leccion del dia. Acto seguido saco de mi bolso mi delantal y me lo acomodo lo mejor que puedo, ya que mi madre habia colocado unos imperdibles en lugares estrategicos de manera que me ajustara un poco mejor. Lo que acontecio luego me marco por todo el resto de mi estadia en ese peculiar pais.

Como nuestra mesa quedaba al fondo del salon, pocos estaban pendientes de mi, aunque por lo general solia ser el centro de atencion, por el solo hecho de ser extranjero y al desconocer tanto de la cultura local, mi comportamiento solia verse como excentrico por momentos. Este dia no fue la excepcion. Yo una vez estoy preparado para la batalla, empiezo a mirar a mi alrededor tratando de encontrar aquella otra supuesta persona que tambien estaria utilizando el delantal de su madre, pero todo fue en vano. Mi cara empezo a cambiar de color y a desfigurarse mientras notaba que todos a mi alrededor tenian un delantal hecho a la medida y a la moda. Algunos estaban confeccionados en tela Denim (tela de jeans), otros en tela de drill, otros en material impermeable, otros con diseños de Snoopy y Doraemon, el de las niñas con diseños de Hello Kitty y los mas "chic", tenian chaquetas de Chef.

Ya empezaba a anticipar lo que venia en camino...

Cuando finalmente me armo de valor y salgo de mi "escondite" desde la parte trasera del salon a ocupar mi puesto en la estacion de trabajo, estallaron las carcajadas, todas en direccion a mi. Ya habia comentado anteriormente que tan despiadados pueden ser los niños, mas aun los japoneses que gozan de practicar el "ijime" como habia mencionado en una entrada anterior, A pesar de que el delantal tenia apariencias de ser unisex y ser de color marron con los bordes en azul marino, por alguna razon todos empezaron a llamarme "Sra. Ruiz" y la clase se vio detenida sin apenas haber comenzado por unos buenos cinco minutos, mientras todos me gastaban una que otra broma y algun comentario de burla.

El apodo permanecio conmigo durante todo el resto del dia y estaba determinado a no ultilizar nunca mas este delantal. Al llegar finalmente a mi casa, desahogue mi frustracion quejandome con mi madre y haciendola responsable de aquel bochorno, por lo que Mami, un poco afligida por yo haber tenido que pasar por esta situacion (obviamente esto no era su culpa, pero ya saben como son los niños), se paso el resto del dia haciendo contactos con sus amigas para ver cual de ellas poseia un delantal "decente". Finalmente, una "nisei" (japones de padre o padres extranjeros o extranjero de padres japoneses) mexicana amiga de mi madre, se presto para ayudarnos y se comprometio para llevarme un delantal esa misma noche para que yo lo utilizara todo el tiempo que fuera necesario.

Esto me trajo algo de alivio, solo que no calcule que Rosalia tambien era latina, asi que no se sorprendaran al saber que el delantal que llevo a casa esa noche era uno con estampado de flores y encajes en los bordes. Que estaba pensando Rosalia al imaginar que con esto me ayudaba, es un miesterio para mi. Asi que sin otra alternativa, preferi tomar mis chances con el delantal bajo el que fui conocido como "Sra. Ruiz" por el resto del trimestre y aproveche la ocasion para ir creando caracter. No se si fue que mis compañeros se cansaron de gastarme bromas al transcurrir una semana de verme con el mismo delantal, o ver que al final hacia caso omiso a sus burlas, mas por no tener otra alternativa que por conviccion, pero lo cierto es que todo se olvido cuando uno de mis compañeros al parecer tenia el suyo sucio y no le quedo otra alternativa que llevar el de su madre.

Era uno de los muchachos mas dociles de la clase y fue un poco penoso ver como todos pasaron de fijarse en mi para tomar sus turnos con el. Es cierto que en principio la burla colectiva nos involucro a los dos, y alguno del grupo sugirio que nos sentaran al joven y a mi en la misma mesa, pero ya yo era periodico de ayer al cabo de unos minutos y toda la atencion se concentro en este pobre desdichado, que con su reaccion iracunda, no hacia otra cosa que animar cada vez mas a los despiadados.

No puedo decir que me alegre de ver que le pasara esto a otra persona, pero tampoco puedo mentirles y decirles que no fui feliz al haberme librado del comentario del dia, aunque claro, "Sra. Ruiz" se quedo conmigo hasta que ocurrio lo que les contare en la tercera entrega de estos cortos.

4 comentarios:

Unknown dijo...

LoL, yo cada vez que leo sobre tu estadia por el Japon, me muero de la risa por las cosas que pasaste, y al mismo tiempo me mente viaja a traves de tus letras y es como haber vivido eso tambien lol.

Me dio risa la parte en la cual dices que llegaste a tu casa y te desahogaste con tu mama.. Ya te imagino a ti, con 11 anitos exigiendole a tu mama jajajajajja.

Buena entrada!

Arturo Ruiz dijo...

La pobre Mami, tuvo que chuparse el berrinche, pero en realidad ella no tenia la culpa.

Despues sigo con las otras dos que me vinieron a la mente, a lo mejor las suba de manana a pasado manana.

Tia Carolina dijo...

Arturito, que chulo es leer estas historias tuyas de tus vivencias hace tantos anios, que desconocia...No puedo esperar a leer la 3era (empece por la 2da)
TQM

Arturo Ruiz dijo...

Tia, que agradable leerte y saber que me visitas! Me ha puesto muy contento encontrar este mensaje tuyo por aqui.

Parece mentira que en vez de recordar situaciones mas recientes, como las que vivi en Dhaka, por ejemplo, estoy recordando cosas de Japon que pasaron hace mas de 20 años.

A lo mejor con el tiempo, de igual forma me vendran a la mente esas mas recientes y me de material para mantener el blog activo.

Un beso, Tia.

Te quiero mucho.